Rosario Ibarra: un modelo a seguir

Rosario Ibarra: un modelo a seguir

Secretario de Gobierno de la CDMX

El triste fallecimiento de Doña Rosario Ibarra nos obliga a hablar de lo que significa su legado cívico, social y político en la vida de México, de la enorme deuda que el país tiene con ella.

Rosario tiene el mérito de haber sacado a la luz el dramático caso de las personas desaparecidas por motivos políticos y de haber enfrentado con valentía al poder político responsable de aquellas desapariciones en aquel entonces.

La desaparición forzada de Jesús Piedra, a mediados de la década de los años 70, la llevó a convertir el amor a su hijo en una gran causa que conmovió al país.

Convocó a otras madres de desaparecidos y logró que de más de 500 desaparecidos por motivos políticos fueran presentados más de 150.

Impulsó la creación del Frente Nacional Contra la Represión para defender a los desaparecidos, perseguidos y encarcelados por motivos políticos.

La lucha que emprendió tuvo dos consecuencias políticas importantes. Por un lado contribuyó al inicio de un proceso de democratización y conquista de libertades en el país y por otra parte, sirvió  como catalizador de una izquierda emergente, caracterizada por su independencia política respecto al Estado y su vinculación estrecha con movimientos y luchas sociales.

En 1982 fue la primera mujer candidata a la Presidencia de la República, como expresión de esa  izquierda popular. Llevó su combativa voz a la Cámara de Diputados ese año.

En 1988 fue candidata a la Presidencia nuevamente. No declinó a favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como sí lo hizo Heberto Castillo. Pero sí salió a las calles a defender su victoria y a denunciar el fraude electoral.

A partir de 1994 apoyó la lucha de los indígenas zapatistas del EZLN en Chiapas, convirtiéndose en un importante puente entre la lucha de aquellos y la ciudadanía solidaria que se movilizó por la paz.

En 1994 y en el 2000 acompañó a Cárdenas en sus nuevos periplos por el país. En 2006 y 2012 lo hizo con Andrés Manuel López Obrador.

En el 2005 acompañó a López Obrador a la Cámara de Diputados para enfrentar el juicio de desafuero.

En 2006 le puso a López Obrador la banda presidencial de Presidente Legítimo de México. En 1994 regresó a la Cámara de Diputados y en el 2006 entró al Senado de la República.

En 2008 se opuso a la reforma energética de Felipe Calderón.

En el año 2019 el Senado de la República le otorgó la medalla Belisario Domínguez.

Permítanme ahora comentar tres momentos de mi experiencia con Doña Rosario.

En 1983, cuando aún eran los tiempos en que gobernaba el PRI, en el marco de los preparativos del Paro Cívico Nacional del 18 de octubre contra la naciente política neoliberal del gobierno de Miguel de la Madrid, cuatro adolescentes fuimos detenidos por patrullas de la delegación Benito Juárez y desaparecidos durante más de 24 horas. Doña Rosario Ibarra, Pablo Gómez y otros dirigentes se movilizaron para exigir nuestra presentación, lo cual, por fortuna, se logró.

En el año 2000, cuando me tocó encabezar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, recibí de Doña Rosario un proyecto para incorporar en el Código Penal local el delito de desaparición forzada. Se aprobó el proyecto, siendo la primera vez que esto ocurría. En el año 2001, incorporamos ese mismo tipo penal al Código Federal.

En el año 2012, cuando participé en el proceso de selección de la candidatura a la Jefatura de Gobierno, recibí una cariñosa carta de Doña Rosario Ibarra expresándome su apoyo.

Más allá de mi gratitud personal infinita por su cálido apoyo en distintos momentos de mi vida, considero a Rosario Ibarra como un referente ético, político, social, cívico e histórico, como un modelo de luchadora social y dirigente política, con principios, sensibilidad humana, incorruptibilidad y conciencia social que debemos seguir.

Source Rosario Ibarra: un modelo a seguir