

Hace algunas semanas cerramos el primer trimestre del 2022 y los pronósticos para las variables macroeconómica de México se han ido ajustado, no para bien, habrá que decirlo. El pronóstico que los especialistas en economía del sector privado dieron en la encuesta del Banco de México en abril del 2021, para el crecimiento del PIB de México en este 2022 fue de 4.5 por ciento. Ahora, un año después, este pronóstico es de 1.80 por ciento. Es decir, en un año se deterioró el pronóstico de crecimiento de México para el 2022 de 4.5 a 1.80 por ciento. Adicionalmente, hemos visto también que la inflación ha ido creciendo aceleradamente en el país y en el mundo. Esto de alguna manera está limitando los pronósticos de crecimiento a nivel mundial. La inflación anual registrada al mes de marzo en México fue de 7.45 por ciento, hay que destacar que desde marzo del 2001 la inflación no rebasaba el nivel del 7 por ciento anual en nuestro país.
De estos 7.45 puntos de inflación anual, el incremento en el precio de las mercancías explica el 46 por ciento, los productos agropecuarios el 23 y los servicios otro 23 por ciento. De los productos agropecuarios, las frutas y las verduras tuvieron un incremento anual del 20.35 por ciento y los alimentos las bebidas y el tabaco crecieron un 10 por ciento. Creo importante destacar que en términos mensuales el transporte aéreo creció casi un 42 por ciento. Creo que el común denominador que ha afectado el precio de estos productos y servicios es particularmente el costo del transporte. Hemos visto desde que inicio la pandemia que la cadena de suministro se vio interrumpida y posteriormente afectada por la recuperación paulatina pero desincronizada a nivel mundial. El incremento en el costo de los energéticos no ha ayudado tampoco y, por supuesto, la guerra entre Rusia y Ucrania tampoco.
Adicionalmente, hemos visto que se ha acelerado la recuperación en la creación de empleos formales en el país, lo que implica que las familias tienen más ingreso disponible para consumir, por lo que, paradójicamente este incremento en la demanda de bienes y servicios, en lugar de motivar un crecimiento en la producción como respuesta a la recuperación económica, está ocasionando mayor inflación, precisamente por los altos costos de transportación y escases de algunos productos. Aunado al incremento en la inflación está también la falta de inversión productiva de la que ya hemos hablado en semanas pasadas, y que, en conjunto limitará de manera importante el crecimiento de la economía mexicana para este 2022.
Ahora bien, también hemos observado que el tipo de cambio ha ganado terreno frente al dólar, es decir, se ha apreciado en los últimos meses. El tipo de cambio Fix que publica el Banco de México, como promedio de las cotizaciones del día, en el 2020 fue casi de 21.50 pesos por dólar en promedio, en el 2021 fue 20.30 aproximadamente, y en las primeras semanas de abril ha estado por debajo de los 20 pesos por dólar. ¿Cómo podemos explicar que el peso se esté apreciando cuando la inflación se está incrementando? La respuesta está en el incremento de la tasa de interés de referencia por parte del Banco de México. A finales de marzo pasado la junta de gobierno del Banco de México decidió incrementar a 6.50 por ciento la tasa de interés objetivo, eso obliga a todo el sistema financiero del país a ajustar sus tasas hacia arriba haciendo más caro el crédito y al mismo tiempo más atractivos los instrumentos de inversión; esto tiene el objetivo de reducir la cantidad de dinero circulante en la economía.
Ya decíamos que las familias podrían tener más ingreso disponible para consumir, pero este incremento en la tasa de interés tratará de motivar a que las familias adquieran menos bienes y así se disminuya la presión inflacionaria. Sin embargo, un efecto no deseado de este incremento en las tasas de interés será también la reducción en la inversión y por lo tanto un menor crecimiento económico. Por otro lado, el incremento en las tasas de interés hace más atractivos los bonos de inversión en pesos mexicanos por lo que puede estar motivando esta apreciación del peso frente al dólar.
A final de cuentas, esta apreciación del peso frente al dólar puede no ser necesariamente una buena noticia, pues también encarece el valor de los productos mexicanos de exportación, y como lo he explicado previamente, la inflación sigue creciendo y por lo tanto el Banco de México seguirá incrementando la tasa de interés, y como resultado, seguirá afectando al pronóstico de crecimiento del PIB para este 2022.
Source Pablo de la Peña: Inflación, PIB y tipo de cambio