A sus 21 años, con 10 discos bajo el brazo y un género musical propio, el “corrido tumbado”, lo de joven promesa queda lejos de Natanael Cano, que debuta este fin de semana en Coachella como uno de los renovadores de la música mexicana.
“Siempre fue esa la meta”, apunta el músico en una entrevista con Efe en Los Ángeles, donde ha preparado su debut en el conocido festival, tan solo una semana después de publicar Natakong, su décimo álbum de estudio en tres años.
Desde que comenzó a editar sus primeros trabajos de estudio en 2019, Cano emergió como el abanderado de una nueva generación de artistas mexicanos que mezcla la tradición de su país con los sonidos y las letras propias del hip-hop estadounidense.