

Uno de los principales aprendizajes que nos ha dejado esta época COVID y que he tenido oportunidad de reflexionar con mi familia, compañeros, alumnos y amigos, se refiere al autoconocimiento, a la adaptación de las nuevas formas de llevar las tareas y a respetar las ideologías de los demás. Esto me ha llevado a pensar que somos más sensibles a las necesidades y problemáticas de quienes nos rodean.
Entendiendo las nuevas necesidades, nos adaptamos a nuevas formas de trabajo y buscamos solucionar los retos que conlleva. La digitalización representó una oportunidad para continuar conectándonos y desarrollar actividades a distancia. Hoy en día, la realidad es diferente, estamos de nuevo readaptándonos y enfrentándonos a retos distintos. Necesitamos nuevamente innovar, creer en posibles emprendimientos que permitan a las organizaciones seguir creciendo y desarrollarse. Y, en consecuencia, contribuir a la competitividad y desarrollo económico de regiones o países, lo cual resulta en mayor bienestar a la sociedad en general. Sin embargo, para desarrollar nuevas iniciativas, y cumplir con nuevas demandas, es primordial ser empáticos con todos los que rodean a una corporación.
Generar experiencias innovadoras al cliente, no es lo único que debe preocuparnos, sino generar experiencias significativas que faciliten el desempeño de empleados, proveedores, comunidades, acreedores y demás grupos en torno a una organización. Pareciera sencillo de decir, sin embargo, conocer las necesidades de cada grupo y buscar proveer de mecanismos específicos puede ser complejo, si no comprendemos con certeza las situaciones de cada uno. Vivimos tiempos donde cambios políticos, económicos y ambientales pueden influir de manera significativa en el comportamiento de un individuo. Un tiempo donde buscamos mucho la igualdad e inclusión. Esto lleva a los líderes a cuestionarse cómo generar ambientes armónicos para alcanzar de manera colectiva los objetivos que en conjunto se han marcado y cómo empatar objetivos individuales con objetivos organizacionales. Para toda aquella empresa que desea continuar adaptándose, y desea continuar brindando soluciones a las demandas existentes, debe de ser un cuestionamiento constante.
La empatía va más allá de ponerse en los zapatos del otro, es entender y comprender claramente lo que está viviendo el otro, para así poder ayudar, sin juzgar, a aliviar las preocupaciones y generar los mecanismos para que las tareas se lleven con armonía. Constantemente se tienen una diversidad de demandas, por parte del cliente y demás grupos, que nos obligan a aprender y desaprender. Hoy, el mercado exige más rapidez en desarrollo tecnológico, servicios, nuevos productos, etc. Para desarrollar soluciones a estas demandas es necesario meternos hasta en la piel de los demandantes para entender sus requerimientos.
El líder, por naturaleza, tiene un rol primordial en esta tarea. Entender las necesidades del cliente ayudará a buscar soluciones, pero, al mismo tiempo, deberá de entender las necesidades de quienes laboran en la empresa para proveer herramientas que permitan al empleado desarrollar su talento y contribuir con respuestas creativas. Así, el líder empático, puede hacer que su equipo trabaje con más compromiso y con una mayor motivación al sentirse escuchado y apoyado. El líder empático es aquel que se detiene, escucha, apoya y provee. Entre más alto el rango jerárquico, más compromiso con entender las necesidades de los empleados, quienes son al final del día quienes hacen posible que una organización tenga mejores resultados.
El líder y las organizaciones que promueven la empatía son relevantes en esta era y en las venideras. Buscar el entendimiento de las necesidades de cada individuo va más allá de querer dar una simple solución, se trata de dar soluciones que funcionen, entendiendo que cada individuo pertenece tal vez a una generación que vive realidades distintas. Ninguna generación es mejor que otra, simplemente son generaciones de personas y, por lo tanto, tienen distintas necesidades.
Para los retos que seguirán enfrentándose, los actuales y nuevos líderes deberán practicar la empatía. Escuchar activamente y con una profunda convicción de entender al otro, de ver con ojos muy abiertos sobre lo que sucede alrededor, de ser flexible y creativo y actuar con un interés genuino para ayudar. Creo que, vamos por buen camino, ya que hay organizaciones y líderes que reconocen el valor de la empatía, sin embargo, es importante seguir trabajando en el desarrollo de ésta.
Linda E. Ruiz Castro
La autora es profesora de la Escuela de Negocios y Forma parte del grupo de investigación de emprendimiento e innovación. Sus áreas de estudio están orientadas hacia el comportamiento emprendedor e innovador dentro de las organizaciones y de manera independiente.
Source Linda Ruiz: ¿Estamos en la era de la empatía?