Una semana – Podermexico.com

Una semana

Se ha cumplido poco más de una semana de la invasión rusa a Ucrania. En ese lapso, han muerto ya miles de personas, cerca de medio millón han sido desplazadas, y circulan imágenes de destrucción en las principales ciudades del centro y este de Ucrania. Ojalá la invasión terminase pronto, y con ello el sufrimiento de ese país y sus habitantes.

El impacto económico es también relevante, aunque siempre lo será menos que el sufrimiento humano. El precio internacional del crudo se ha incrementado en más de 25%, y las referencias (Brent, WTI) rondan los 110 dólares por barril. Algo más fuerte ocurre en algunos mercados de metales y granos, donde algunos bienes han alcanzado máximos históricos.

No van ni 10 días, y estos desajustes económicos ya amenazan las estimaciones de crecimiento e inflación para el resto del año. El Banco de México acaba de presentar su informe trimestral, y la encuesta mensual de expectativas de los especialistas. Me parece que en ambos casos no se ha podido incorporar por completo el impacto del que hablamos, por cuestión de tiempo. Sin embargo, se reduce el crecimiento esperado, a 2.4% en el caso del banco y 2% la mediana de especialistas, y crece la inflación esperada. En este tema creo que habrá más cambios, porque es donde el impacto de la guerra será más fuerte. Crece por ello la probabilidad de que el Banco de México eleve la tasa de interés en su próxima reunión, muy probablemente en medio punto.

La combinación de menos crecimiento, más inflación y mayor tasa de interés tendrá un impacto relevante en las cuentas del gobierno. La recaudación crecerá menos, y puede incluso contraerse, especialmente si el Presidente insiste en subsidiar la gasolina, y el gasto crecerá más rápido, por los precios, pero también por el costo financiero. Frente a ello, el gobierno es muy probable que reaccione mal, recortando programas importantes (como ya lo ha hecho con las Escuelas de Tiempo Completo) con tal de continuar los proyectos faraónicos e inútiles en que se han empeñado, así como incrementar el flujo de recursos al drenaje que representan Pemex y CFE.

Ya habíamos comentado que el impacto de la invasión no sería únicamente en sufrimiento de los ucranianos y en impacto económico, sino en reacomodo geopolítico. Aquí, sin embargo, no esperaba esta columna una reacción tan importante como la que hemos visto. En una semana, Alemania ha dejado atrás el letargo de décadas, y se ha decidido a invertir en defensa, y tal vez también a revertir la pésima idea de Merkel de cerrar las plantas nucleares. Suecia y Finlandia están considerando ingresar a la OTAN, y Suiza ha abandonado su histórica neutralidad. Rusia sufrió un rechazo espectacular en Naciones Unidas, y sólo pudo conseguir votos en su favor de Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea y Siria. Dos países ermitaños y dos satrapías rusas, que es lo mismo que nada. Entre quienes no se decidieron, pero quisieran apoyar a Rusia, está China, pero también varios países latinoamericanos, como Cuba o Nicaragua, francas dictaduras, y los populistas que incluso son capaces de votar contra Rusia, pero no participar en sanciones, como México.

Es imposible todavía evaluar escenarios posinvasión, pero sí puede decirse que, hasta el momento, Putin está siendo derrotado, y la Unión Europea es la gran vencedora, porque el evento le ha permitido redefinirse. Aunque Biden ha tomado el liderazgo frente a Rusia, me parece que no será Estados Unidos quien saldrá más fortalecido, sino la Unión Europea. Las incógnitas pendientes son Turquía, Irán, India y China. Pronto habrá más información, y tal vez podamos empezar a semblantear el mundo que tendremos.

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