Un democrático domingo de ramos

Un democrático domingo de ramos

Finalmente la fecha llegó y, “aiga sido como aiga sido” el domingo de ramoscoincidió con histórica jornada que marca, efectivamente, el inicio de una nueva etapa en la vida pública de México, tal como ha dictado el eslogan cuatroteísta.

Como es tradición ya, desde muy temprano, con toda oportunidad, la eficiencia organizativa del Instituto Nacional Electoral (INE) fue notoria y así lo puntualizó, desde el arranque oficial de la jornada, su consejero presidente.

Cámaras y micrófonos asistieron ávidos y puntuales a la cobertura del inédito evento, particularmente, como es natural, a la asistencia del primer mandatario y su señora esposa, a la mesa receptora respectiva de la consulta de revocación/ratificación del mandato presidencial, evidentemente exultantes y felices.

Largo fue el recorrido para llegar a este punto, tortuoso el camino y plagado de abrojos. Descalificaciones, señalamientos y amenazas, acompañados de una gran actividad propagandística por todos los medios disponibles, señales de preocupación y desconfianza en el resultado final deseado.

Los pronósticos especializados, la aritmética electoral, el escepticismo y el nunca faltante “sospechosismo” auguraban una pobre afluencia ciudadana, como fue notorio desde el arranque del proceso y, como en otras ocasiones, un ejercicio desangelado y sabidamente costoso.

Sin pretensiones prestidigitadoras (esto se redacta mientras transcurre la consulta), la cobertura de medios refleja poco interés social en participar en el democrático ejercicio, en la fiesta de la reedición de la democracia directa en México. Los resultados hablarán por sí mismos a partir de hoy y la “opinocracia”, esta sí prestidigitadora, tendrá mucha materia para establecer los escenarios prospectivos en, al menos, los próximos dos años.

Indudablemente, la fecha y el evento sin precedentes, más allá de los resultados, medidos por la afluencia, quedarán en la historia política de este país, marcando un parteaguas y, es de esperarse, una narrativa triunfal desde el máximo nivel que se expresará desde muy temprano esta mañana.

Todos los análisis apuntaron desde el principio a que no se lograría la participación que hiciera vinculante el resultado, lo que alimentó la sospecha de intencionalidades ulteriores: reafirmación, sondeo, inculpación o preparación del terreno para modificaciones normativas que sustenten la transformación.

Más allá de la nutrida especulación, los indicios auguran un ganar- ganar para el transformador movimiento, sean cuales fueren sus expectativas y, a partir de hoy, le veremos poner el resto de la carne en el asador.

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